martes, 14 de marzo de 2017

Las causas de la Guerra Civil Española, para http://www.grandesbatallas.es/causas%20de%20la%20guerra%20civil%20espanola.html

En http://www.grandesbatallas.es/causas%20de%20la%20guerra%20civil%20espanola.html he encontrado esta pequeña reseña de las causas de la Guerra Civil Española. 

No obstante, este asunto es muy complejo y no lo reduciremos a estos puntos de vista. De hecho, en clase veremos diferentes posiciones procedentes de más historiadores. Y todo ello lo completaremos con los videos que tenemos a nuestro alcance. 
La Segunda República Española llegó pacíficamente para instaurar una democracia parlamentaria progresista. Pero la  oligarquía financiera y terrateniente española, egoísta, inculta y reaccionaria, viendo que la modernización de España era un riesgo seguro para sus privilegios,  comenzó desde el primer momento a conspirar contra el régimen progresista, abusando de su generosidad democrática.
Efectivamente, la Iglesia Católica inspiró la creación de un partido fascista, la CEDA, para hostigar y perseguir la legalidad democrática defendiendo sus intereses espurios. Por medio de este  partido católico; los enemigos de la democracia manipularon el sentimiento religioso popular con objeto de atraer al pueblo para tratar de abolir el Parlamento y la democracia. Además de la CEDA apareció otro partido fascista, muy violento, la Falange
Los Carlistas y monárquicos organizaron conjuras y  grupos de milicias armadas. En agosto de 1932, un año y medio después del inicio del régimen progresista, tuvo lugar  el fallido golpe del general Sanjurjo.
Al presentarse desunidos, los partidos progresistas perdieron en las elecciones generales de noviembre de 1933. La CEDA tuvo  un gran éxito.  Esta victoria electoral de los partidos fascistas puso en  grave peligro la democracia. La amenaza ya fue inminente   cuando en octubre de 1934, la CEDA presionando al presidente de la República, consiguió entrar en el gobierno, con tres ministros.
Ante esta situación límite, provocada por la derecha, las fuerzas progresista lideradas por el PSOE y ERC, organizaron y ejecutaron una insurrección popular para derrotar las intenciones de las fuerzas fascistas.
Una vez controlada la insurrección progresista, el gobierno del bienio negro republicano desató una feroz represión, sobre todo contra  los mineros de Asturias.
Con la lección aprendida, el 16 y 23 de febrero de 1936, las fuerzas progresista de izquierda junto con los nacionalistas catalanes y vascos, volvieron a presentarse a las urnas, pero esta vez unidas bajo la marca “Frente Popular”, cosechando un gran triunfo.
Después de la victoria del Frente Popular, la oligarquía recurrió abiertamente a la subversión violenta. Lo que más ensució la convivencia eran las provocaciones continuas de la Falange.
De esta manera, con la Oligarquía provocando  inseguridad y conspirando con el Ejército, llegó a la rebelión militar de julio del 36 , comenzando  la guerra civil.
Resumiendo, la teoría de los historiadores de la progresía de izquierdas, liderados por Tuñón de Lara, Juliá y Preston, aceptada hoy por amplios círculos tanto de izquierda como en la derecha, mantiene que la Guerra Civil Española se desencadenó por causa de un conflicto de intereses: durante 3 años, los republicanos y progresistas  estuvieron modernizando el país, defendiendo a los trabajadores y a los más necesitados,  por medio de reformas progresistas que perjudicaron a la oligarquía capitalista y terrateniente; pero éstos reaccionaron con brutalidad inhumana con un golpe de estado que terminó en una Guerra Civil de 3 años , y que dio paso a una dictadura de 36 años.

La Otra Versión

El 18 de agosto de 1930, las fuerzas progresistas firman el pacto secreto de San Sebastián enlace, cuyo objetivo era acabar con la monarquía de Alfonso XIII. Por lo tanto, antes de la llegada de la II República, los partidos de izquierda, intentaron un golpe de estado contra la monarquía el 12 de diciembre de 1930. Consecuencia del Pacto de San Sebastián fue el famoso pronunciamiento de Jacaenlace.
Más bien fueron los monárquicos  los que  permitieron la llegada tranquila y pacífica de la república. Las elecciones de  abril de 1931 que trajeron la república, no eran unas elecciones plebiscitarias, sino una elecciones municipales que curiosamente fueron ganadas por los partidos de derechas por amplia mayoría, aunque es verdad que perdieron en la mayoría de las capitales de provincia, lógicamente  en democracia este resultado electoral nunca  debería haber posibilitado en España un cambio de régimen. enlace. Es decir, los monárquicos permitieron presentarse  a  las  elecciones de abril del 31 a los republicanos  y  socialistas, tan sólo  cuatro  meses  después  del  fallido pronunciamiento de Jaca, 12 de diciembre de 1930.
De todas formas, el resultado fué que los monárquicos entregaron  el poder a sus rivales sin ninguna resistencia. Es decir, el líder monárquico  Miguel Maura, protagonista de la reinstauración, finalmente traicionó a la monarquía y se puso en los brazos de sus enemigos. Por lo tanto, la propia oligarquía abrió el Estado Español a la República, por segunda vez La segunda república no llegó democráticamente, más bien llegó por un doble golpe de estado; pero fuera ilegítima.  
Sorprendentemente fue el PSOE, el partido socio de Alfonso XIII durante la dictadura (Pablo Iglesias fundador del PSOE, colaboró con la dictadura de Primo de Rivera, aceptando el cargo de Consejero de Estado enlace) los que declararon al Rey  fuera de la ley y confiscados  sus bienes,  alegando colaboración con la Dictadura de Primode Rivera …. Increíble pero cierto. 
El 11 de mayo de 1931, al mes justo de la instauración de la II República, las fuerzas progresistas iniciaron una brutal persecución anticatólica: gran quema de conventos, iglesias, escuelas, bibliotecas, centros de formación profesional, obras de arte  … todavía la derecha no había tenido la oportunidad de   mostrar alguna hostilidad en contra del nuevo régimen. Fue una fanática explosión antidemocrática, anticatólica y  anticultural. enlace. Esa historia de la quema de conventos hizo reflexionar a muchos republicanos . ¿Dónde va la República?
La postura del gobierno progresista fue la de mirar al tendido y aceptarlo como algo inevitable. Mal empezó su camino la II República Española, fue como  la noche de los cristales rotos, pero en España y protagonizada por las fuerzas supuestamente democráticas.
Como consecuencia de esta persecución religiosa, luego vendría el genocidio de Paracuellos, 8.000 muertos; los monárquicos  empezaron   a conspirar en el ejército. Es cierto que en Navarra los carlistas se organizan en el Requeté; pero la inmensa mayoría de los conservadores quedaron  agrupados en la CEDA tomando una actitud completamente pacífica y legalista. Es verdad que  la CEDA  no era republicana ni demócrata (tampoco lo eran el PSOE y el PC), pero sí  aceptaba la legalidad, su líder, Gil-Robles poseía una cualidad que hubiera permitido la convivencia ciudadana y el funcionamiento del sistema, la moderación.
Prueba de ello es que la rebelión de Sanjurjo quedó casi completamente aislada en la derecha, aunque algunos sectores simpatizaran con ella. Hay que reconocer que incluso Sanjurjo, siendo Director General de la Guardia Civil, desempeñó  un papel determinante  en la pacífica instauración del régimen republicano. Rechazó que  la Guardia Civil actuara contra las manifestaciones en la calle después de las elecciones de abril de 1931 y como consecuencia de esta inhibición de las fuerzas de seguridad, poco después Alfonso XIII abandonaba el poder y oficialmente era proclamada la Segunda República
A diferencia de los sindicatos y partidos del Frente Popular, la CEDA no organizó ni checas  ni milicias, nunca animó a la violencia, ni respondió a los atentados sufridos por la violencia de las milicias progresistas de izquierda.
La verdad, en el inicio del régimen republicano, no se percibe  ningún peligro fascista. La Falange y los monárquicos constituían grupos minoritarios. Recordemos que en las elecciones de 1933, la derecha moderada liderada por la CEDA obtuvo más de 190 escaños en las Cortes, mientras que los monárquicos de ambas ramas no pasaron de 36, incluyendo el del falangista José Antonio.
Cuando la izquierda, liderada por el PSOE, se levantó en octubre del 34 contra la Segunda República ( Revolución de Asturias),  la CEDA que acababa de incorporarse al gobierno, tuvo la  oportunidad  de dar  un contragolpe,  pero no lo hizo. Muy al contrario, se empeñó en mantener la legalidad republicana, y una vez controlado el intento de golpe de estado,  ni siquiera pidió ilegalizar a los partidos rebeldes . Se volvía a repetir lo ocurrido después del pronunciamiento socialista de Jaca de 1930.
Como escribió Madariaga, quedó  clara la falsedad de las acusaciones de fascismo hechas a Gil-Robles. Los monárquicos pensaron en aprovechar la ocasión para derribar el régimen, se lo propusieron a Franco, pero este no aceptó.
Después de que el gobierno en el que participaba la CEDA lograra neutralizar  la  rebelión, llegó el Agitprop comunista para acusar ahora al gobierno de la CEDA de un genocidio inexistente. Pero las izquierdas se negaron  a investigar las supuestas atrocidades de Asturias, a pesar de que Gil-Robles insistiese en ello. Esta campaña, orquestada por la izquierda, sobre la represión en Asturias creó un clima de odio y revancha antes inexistente, y se convirtió en el banderín de enganche  de la alianza de partidos conocida por Frente Popular.
 ¿Por qué la derecha estando en el gobierno defendió la legalidad republicana en octubre del 34 y  en cambio se sublevó contra ella en inferioridad de condiciones en julio del 36?
El levantamiento militar de julio del 36, realmente no fue la culminación de un proceso de acoso a la República,  sino como una rebelión in extremis ante una situación insostenible "media España se resiste a morir a manos de la otra media". Además,  la sublevación militar de julio del 36 fue  rápidamente asumida como propia por gran parte de la población civil española. Realmente los fundamentos de la sublevación no están en  la Republica, los primeros manifiestos de los rebeldes terminaban con ¡Viva La República, sino en los sucesos posteriores al triunfo del Frente Popular, en febrero del 36.
Después del triunfo del Frente Popular, terminó la legalidad de la II República y comenzó la III República, pero ya  Revolucionaria. Hay multitud de datos que corroboran esta afirmación. La situación era caótica, como reconocen los socialistas Prieto y Besteiro,  el republicano Martínez Barrio, etc.

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