domingo, 19 de marzo de 2017

Dimensión internacional de la Guerra Civil Española


Como sabemos, la Guerra Civil española tuvo una importante dimensión internacional. En los años treinta la situación internacional era muy compleja. El ascenso de los sistemas fascistas y de sistemas políticos autoritarios parafascistas o semifascistas, además de la reducción del papale de los parlamentos en estados como Gran Bretaña hizo que la II República no tuviese un apoyo internacional a sus medidas. Cuando e 17/18 de julio de 1936 unas serie de generales descontentos dieron un golpe de Estado en España, la situación exterior no sólo no contribuyó a la paz, sino todo lo contrario. 

Así pues, los sublevados recibieron apoyo del Eje Roma-Berlín, que es como se conocía a la alianza militar entre la Italia fascista de Mussolini, y el III Reich. De hecho, geoestratégicamente, ante un eventual conflicto de mayor envergadura, al partido nazi alemán le interesaba que en España hubiese un sistema, si no fascista, al menos parafascista o semifascista con el que pudiera pactar para aislar a Francia. 

Por su parte, la República debería haber despertado las simpatías de las potencias democráticas, es decir, Francia y Gran Bretaña. Sin embargo, en Gran Bretaña los conservadores de Churchill miraban con desconfianza las medidas radicales que los anarquistas catalanes y aragoneses estaban desarrollando en sus zonas. Francia, por su parte, prefería aislar el conflicto español a las fronteras, ya que temía que este conflicto fuera el detonante de una II Guerra Mundial.

Por ejemplo, en este video podemos observar el ambiente revolucionario que estalló en Cataluña y en Aragón gracias al estallido de la guerra. Gran Bretaña no iba a apoyar a un sistema que permitía esta disolución de la propiedad privada


Por todo ello, mientras que la República veía mermados sus apoyos, el bando sublevado los tenia muy definidos. Así pues, cuando se creó el Comité de No Intervención, que trataba de evitar la intervención de países foráneos en la Guerra española, el III Reich e Italia se saltaron los acuerdos y apoyaron con material militar de primer nivel tecnológico, además de la Legión Cóndor, y 80.000 soldados italianos. 

La República, además, debía pedir material a préstamo, mientras que los sublevados podían recibir material mediante acuerdos a laro plazo. Sólo cuando en octubre de 1936 la URSS decidió romper con su neutralidad y envió material de guerra, además de fomenta la llegada de voluntarios comunistas reclutados por los partidos adscritos a la Komintern, llegó apoyo al bando de la República. 








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