Ya sabemos que la estructura de la población activa, junto con la tasa de urbanización se modificaron seriamente en los años 60, como efecto, en primer lugar, del Plan de Estabilización de 1959, que facilitó la entrada de divisas extranjeras, absolutamente necesarias para la inversión en medios de producción de cierto nivel tecnológico. No obstante, fueron los planes de desarrollo de los sesenta los que terminaron de modificar la estructura del país.
Para conseguir esta modernización era necesaria la estabilización de la moneda, pero, de forma paralela, era prioritario conseguir un cierto control de la subida inevitable de los precios, aunque sin intervención excesiva del Estado. Esto se consiguió, como ya hemos apuntado, mediante la planificación del desarrollo, entendido como crecimiento del sector industrial pero desde la tutela estatal (a través de la planificación vinculante para las empresas públicas, e indicativas para las privadas). Como efecto de ello, el INI iba a perder el monopolio del diseño del sector industrial en el país.
El primer plan de desarrollo se aplicó a partir de 1963.
Las consecuencias de estos planes de desarrollo fueron el crecimiento del PIB, sobre todo del PIB industrial, y así la alteración de la balanza de pagos, por aportar algunos ejemplos. No obstante, el coste social fue evidente. Medidas tayloristas emplearon de forma masiva a población activa de origen rural, que emigraron bien al exterior, bien a las grandes ciudades industriales, pero con unas condiciones muy difíciles, pese a lo que defendía el Fuero del Trabajo de 1938.
Así pues, cuando se empezó a desarrollar el masivo éxodo rural del campo a la ciudad, y debido a que el Ministerio de la Vivienda no fue capaz de abastecer de viviendas dignas a gran parte de esta población, empezó a aparecer un nuevo movimiento opositor, el protagonizado por las asociaciones de vecinos, en las que cundió la ideología comunista (PCE m-l, ORT, MC, PCE...) y católico-progresista (HOAC, JOC...)
Así pues, cuando se empezó a desarrollar el masivo éxodo rural del campo a la ciudad, y debido a que el Ministerio de la Vivienda no fue capaz de abastecer de viviendas dignas a gran parte de esta población, empezó a aparecer un nuevo movimiento opositor, el protagonizado por las asociaciones de vecinos, en las que cundió la ideología comunista (PCE m-l, ORT, MC, PCE...) y católico-progresista (HOAC, JOC...)
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