En los años 60, ante el desastre social y económico del país, las autoridades franquistas decidieron acometer un amplio programa económico basado en la planificación del desarrollo económico.
La consecuencia fue un crecimiento económico, el inicio del Estado del Bienestar y la alteración de la estructura social y económica, así como la modificación de la tasa de urbanización.
Todo empezó en 1957, con la llegada de los "tecnócratas" como Mariano Navarro Rubio o Alberto Ullastres, quienes idearon el "Plan de Estabilización" de 1959, paso previo necesario para el impulso de los años 60 basado en la "liberalización" económica a través del control de la inflación, del aumento de la producción y de la devaluación de la moneda.
El primer obstáculo fue el propio general Franco, quien sólo contemplaba la autarquía como fórmula económica que enlazaba con su concepto de fuente del poder. La cuestión era liberalizar la economía, pero sin alterar las estructuras políticas.
El primer paso, a nivel político, fue la promulgación (por cierto, sin recurrir a las Cortes Españolas) de la Ley de Principios del Movimiento Nacional.
Los elementos posteriores, ya los conocemos: Plan de Estabilización de 1959 y planes de desarrollo, de cuatro años de duración, en torno a los cuales se iba a edificar un modelo productivo basado en la planificación vinculante para las empresas del Estado, e indicativa (si deseaban beneficiarse de las medidas fiscales del Estado).
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