Como sabéis, la estructura de la prueba de la PAU de Historia de España, y que seguiremos (con algunas modificaciones) en los exámenes del presente curso, se basa en los siguientes apartados:
1- Descripción breve de las fuentes o tipos de fuentes (1 PUNTO). En este caso, tal y como hemos aportado en entradas anteriores, nos puede servir la clasificación de las fuentes que ya se ha visto.
2- Exposición sintética de las ideas principales de las fuentes que aparecen en la opción elegida. En este caso, estas ideas se deben enmarcar en las coordenadas generales del contexto histórico en el que se insertan. Ello implica tener en cuenta el NÚCLEO TEMÁTICO que aparece citado en los apuntes. (2'5 PUNTOS)
3- Definición escueta de algunos conceptos básicos, que posteriormente aparecerán, de una u otra forma, en el texto que se deberá elaborar. (2 PUNTOS)
4- Desarrollo de un ASPECTO SIGNIFICATIVO DEL TEMA. Se trata de una redacción, de un texto, a partir de la información proporcionada por las fuentes y de los conocimientos que el alumno tenga. Evidentemente, las fuentes se deberán citar, pero no parafrasear.
Este aspecto se valorará con 2'5 puntos, y se considerará la forma en que el alumno sitúa el comentado aspecto relevante, dentro del proceso histórico que se desarrolla en el núcleo temático previamente identificado. De la misma forma, y en un momento posterior (sería una especie de apartado 4B), se deberá considerar el aspecto relevante antes desarrollado, en un proceso más amplio, para valorar los CAMBIOS Y PERMANENCIAS. Este apartado se valorará con 2 puntos y, evidentemente, implica un conocimiento más exhaustivo, la comprensión de procesos históricos amplios, y la capacidad de relación y de valoración (que no debe implicar un juicio de valor).
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